A lo largo de nuestro proyecto teníamos un motivo para poderlo realizar ya que nosotros palpamos diferentes situaciones en las que las personas y los animales tenían una necesidad por ejemplo una historia:
Una noche muy fría, mi familia y yo vimos a un perrito temblando debajo de un banco en el parque. Estaba todo sucio y tenía mucha hambre. Lo llevamos a un lugar donde lo cuidaron, le dieron comida y un lugar calentito para dormir. Lo que más me sorprendió fue que el perrito parecía saber que no estaba solo. Me hizo pensar que todos los animales en la calle necesitan alguien que los quiera y les dé una segunda oportunidad.
Conocí a un señor que vivía en la calle hace mucho tiempo.Todos los días era difícil para él porque no tenía dónde dormir ni qué comer. Mucha gente pasaba y ni lo miraba. Un día, unos chicos llegaron con comida y le hablaron con cariño. Para él, no fue solo una comida, sino que se sintió importante, como si alguien realmente lo viera. Eso me hizo entender que nadie debería ser invisible, aunque esté en la calle.
Con un pequeño gesto de solidaridad podemos transformar no solo la vida de quienes nos rodean, sino también la nuestra, porque ayudar nos conecta con lo más humano que hay en nosotros.
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